La paradoja venezolana: Mientras hablan de “auge económico”, la población sigue hundida entre pobreza, represión y miedo

La paradoja venezolana: Mientras hablan de “auge económico”, la población sigue hundida entre pobreza, represión y miedo

Diversas organizaciones internacionales han denunciado la violación de DDHH en Venezuela. Foto: Archivo EL TIEMPO

 

Pese a que el PIB venezolano creció 9,32 por ciento en el primer trimestre de 2025, según el Banco Central de Venezuela (BCV), el indicador macroeconómico no se refleja en la calidad de vida de las familias venezolanas que, por demás, viven en medio de un ambiente de detenciones arbitrarias, intimidación a través de internet y redes, así como desapariciones forzadas y cierre del espacio cívico, según el más reciente informe de la ONU presentado el viernes pasado.

Por El Tiempo





Teresa Cárdenas (*) trabaja en atención al público en un centro de salud del Estado, su sueldo es de 130 bolívares al mes por lo que, para compensarlo, trabaja también limpiando casas para ganarse 20 dólares al día.

Los empleados públicos, maestros, profesores y personal de salud son los que peor ganan en Venezuela. “Mi salario es de 230 bolívares mensuales”, dice a EL TIEMPO un empleado de la Asamblea Nacional que prefiere reservarse su nombre, pero lamenta que su sueldo sea de tan solo 1,9 dólares al mes.
Además del salario básico, congelado desde 2022, el Gobierno venezolano aplica una política de bonos extra para “compensar” a los trabajadores, lo que se traduce en 120 dólares extra quincenales y 40 dólares a finales de año. No obstante, esta bonificación no tiene incidencia en el salario base.

Y, si bien desde 2022 el país presentó una importante recuperación económica al salir de la hiperinflación, sumado a la presencia de las petroleras extranjeras como Chevron, que inyectaron un flujo importante de divisas, las mejoras han sido desiguales.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2024, de la Universidad Católica Andrés Bello, no todos los sectores han experimentado los beneficios de las escasas mejoras económicas. Además, destaca que el año pasado la desigualdad creció 2,7 por ciento, con ingresos mensuales promedio de 12,50 dólares para el 10 por ciento de la población más pobre frente a 633,72 dólares para el 10 por ciento más rico.

 

Esto explica por qué, aunque la escasez sea cosa del pasado, la mayoría de las personas no cuenta con el poder adquisitivo para hacer mercado.

Por su parte, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), una organización independiente y cuyos miembros y colaboradores están siendo perseguidos y encarcelados, detalló que la economía venezolana retrocedió un 2,7 por ciento en los tres primeros meses de 2025 respecto al mismo periodo de 2024.

Según el OVF, la caída obedece a “una contracción del 5 por ciento en el sector no petrolero”, que no pudo ser compensada por el crecimiento del 7,4 por ciento que tuvo la industria del hidrocarburo que, gracias a la flexibilización de las sanciones, alcanzó una producción cercana al millón de barriles diarios.

La recuperación macroeconómica vs. la realidad del bolsillo

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía venezolana crecería un 3 por ciento en 2024 y 2025, pero también advirtió de una contracción del 4 por ciento para este año, cifras distantes de las anunciadas por el Gobierno.

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