Educación interrumpida en el Catatumbo: sin niños ni docentes en las aulas

Educación interrumpida en el Catatumbo: sin niños ni docentes en las aulas

Cerca de 20.000 niños son afectados por el conflicto armado de la región del Catatumbo. En muchos casos tienen que abandonar el hogar junto con sus padres y establecerse en otras ciudades o en los pueblos fronterizos de Venezuela. Foto: #LaHoraDeVenezuela.

 

 

 





En la vereda Cuatro de Tibú el llanto casi al unísono de tres niños no era capaz de opacar el sonido de las detonaciones. Una descarga tras otra, una lágrima tras otra. Unas y otras parecían ir al compás. Los niños temblaban con cada bala de alto calibre que zumbaba cerca de su casa.

Por Connectas

Pareciera pura suerte que ninguna alcanzara a cualquiera de los habitantes de ese lugar que, el 16 de enero de este año, despertaron en plena madrugada con un intercambio de disparos. Los tres niños, de 4, 8 y 10 años, no paraban de temblar. La madre y el padre trataban de mantener la compostura. Luego de varias horas, y múltiples detonaciones, la decisión era clara: tenían que irse de inmediato si querían seguir con vida.

Ese fue el despertar de la familia que llamaremos González por motivos de seguridad, en esos días de enero cuando el municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander y fronterizo con Venezuela, se volvió zona de guerra. Los González eran cinco. Los adultos guardaron lo que pudieron en distintas bolsas, cargaron a los dos niños más pequeños y, el 18 de enero, en medio de otra balacera, dejaron su vida atrás, se mojaron los pies con las aguas del río Tarra y tomaron una lancha que los pasó al lado venezolano.

Después de varias horas de espera en ese lado del río, la familia tomó un transporte dispuesto por los militares venezolanos que los dejaría en la población de Casigua El Cubo. Los González se convertirían en una de las más de 67.000 personas desplazadas por el conflicto armado de la región del Catatumbo colombiano. “Los niños no paraban de llorar, creían que se iban a morir”, recuerda la madre en conversación con #LaHoraDeVenezuela.

 

Las paredes de las casas de la región del Catatumbo tienen grafitis alusivos a los grupos armados que azotan a los habitantes. Foto: #LaHoraDeVenezuela.

 

Ahora, esta familia vive en Machiques de Perijá, municipio venezolano que en el oeste tiene a Colombia y en el este el lago de Maracaibo. En este lugar, los González consiguieron algo de paz. Aunque de vez en cuando los niños se despiertan llorando y gritando en mitad de la noche. A pesar de que están lejos del zumbido de las balas, esos sonidos y recuerdos siguen tatuados en su memoria. Los adultos también se sobresaltan con cualquier cosa que suene parecida a una detonación de bala, pero aseguran que la meta es darles una sensación de paz a sus hijos y por ello evitan que el susto se les haga demasiado evidente.

Los tres niños volvieron a estudiar, fueron aceptados en un colegio de Fe y Alegría del municipio venezolano y el objetivo es que sigan en clases en este lugar. Volver a casa ya no es una opción, porque en esa casa siguen zumbando las balas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP).

La historia anterior es apenas la de tres niños de la región del Catatumbo. Tres de los casi 20.000 niños y adolescentes que se han visto obligados a movilizarse desde sus casas a espacios de acogida temporal, que parecieran volverse fijos con el pasar del tiempo. Según un reporte de Unicef Colombia, además de los 20.000 desplazados, hay unos 11.000 menores confinados en la zona y tienen necesidades urgentes.

Muchos de los que permanecen en sus territorios no han podido volver a estudiar, han empezado a ir intermitentemente a clases o han tenido que continuar sus estudios desde casa, mediante guías y cartillas de autoestudio. La causa es el miedo. Los padres prefieren no enviar a sus hijos al colegio, sobre todo cuando hay enfrentamientos. Otros se quedan sin maestros. A mayo, 141 docentes habían salido por amenazas de los 11 municipios del Catatumbo en Norte de Santander, de acuerdo con datos de la Gobernación.

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