
La joven venezolana Rebeca García, actualmente residenciada en Madrid, España, reapareció el pasado martes en su cuenta de TikTok y reveló que padece al menos dos condiciones psicológicas que afectan su forma de relacionarse con el mundo.
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Rebeca y su hermano Francisco se hicieron conocidos por múltiples denuncias en su contra por presunto acoso a mujeres jóvenes e inclusive a menores de edad. Luego del revuelo en redes sociales, ambos decidieron radicarse en Valdebebas. Sin embargo, la Policía Nacional española los ubicó y los detuvo provisionalmente sin derecho a fianza luego de una solicitud a través de Interpol realizada por el Ministerio Público (MP) venezolano. Recientemente, la Sala Penal del Tribunal Supremo (TSJ) aprobó un pedido de extradición para que ambos enfrenten los cargos en su país natal.
«No voy a negar que tengo problemas. Tengo una condición mental que se llama parafrenia y tengo otra condición mental que se llama trastorno límite de la personalidad que me hace hacer cosas fuera de lo común. Pero eso no justifica que ellas me hayan hecho bullying», confesó Rebeca en el primero de una serie de cinco videos en los que intentó explicar su versión de los hechos.

Características
La parafrenia es un trastorno psicótico poco conocido que se caracteriza por la presencia de delirios persistentes (ideas falsas que la persona cree con firmeza, como sentirse perseguida o tener poderes especiales), pero sin que se deterioren notablemente su inteligencia o personalidad. A diferencia de otras psicosis, como la esquizofrenia, quienes padecen parafrenia suelen mantener una apariencia «normal» y funcional, lo que puede dificultar su diagnóstico.
Generalmente aparece en adultos mayores, y aunque puede coexistir con síntomas leves como alucinaciones auditivas, lo más característico son los delirios de tipo paranoide o megalomaníaco. Se considera un trastorno raro y aún debatido dentro de la psiquiatría, pero se reconoce por su impacto en la vida cotidiana de quien lo padece.
Lo anterior coincide con el perfil de Rebeca, juzgar por los comportamientos de los cuales fue señalada por sus presuntas víctimas. Además, pese a sus problemas de índole social, la joven sostuvo durante buena parte de su vida una carrera laboral productiva, enfocada en algunos de sus intereses, como los idiomas o la escritura.
Por otro lado, el trastorno límite de la personalidad (TLP) es mucho más común y suele manifestarse desde la juventud. Se caracteriza por una inestabilidad emocional intensa, dificultad para mantener relaciones estables y una autoimagen cambiante. Quienes lo sufren pueden pasar rápidamente de la euforia al enojo o la tristeza, sentir un miedo profundo al abandono y tener conductas impulsivas (como gastos excesivos, relaciones caóticas o autolesiones).
El TLP no implica una ruptura con la realidad como en la parafrenia, pero afecta intensamente la manera de vivir, amar y tomar decisiones. Con acompañamiento psicológico y, en algunos casos, medicación, muchas personas con este diagnóstico logran llevar una vida plena.

Tratamientos
En la parafrenia generalmente se recomienda el uso de antipsicóticos. Los más comunes son antipsicóticos típicos o atípicos, (como risperidona, olanzapina o haloperidol, que ayudan a reducir los delirios y, en algunos casos, las alucinaciones. En algunos pacientes, si hay síntomas ansiosos o depresivos asociados, se pueden añadir ansiolíticos o antidepresivos. Los especialistas aclaran que el tratamiento no elimina las ideas delirantes de inmediato, pero suele hacerlas menos intensas, menos frecuentes y menos perturbadoras para la persona.
A diferencia de la parafrenia, el TLP no se trata principalmente con medicamentos, ya que su origen es más emocional y relacional. Sin embargo, algunos fármacos pueden ayudar a manejar ciertos síntomas concretos. Estabilizadores del estado de ánimo, como el ácido valproico o la lamotrigina, ayudan a controlar los cambios emocionales bruscos. Asimismo, se recetan antidepresivos, si hay síntomas de depresión persistente, o incluso ansiolíticos, en casos de ansiedad intensa, aunque se usan con mucha precaución por riesgo de dependencia.
Video: @rebecagarciaalvarez90 / TikTok
Recomendaciones
Los especialistas sugieren no confrontar directamente los delirios de una persona con parafrenia debido a que contradecir a alguien así puede generar desconfianza o incluso agresividad. En lugar de discutir sobre si lo que cree es real, es mejor enfocarse en sus emociones. Por ello, también se debe fomentar la estabilidad y la calma a través de rutinas, espacios tranquilos y relaciones estables. Es primordial evitar burlas, etiquetas o juicios para prevenir malentendidos o reforzar el cuadro depresivo del afectado.
En el caso del TLP resulta vital ser paciente con los cambios emocionales, ya que una persona con tal condición puede pasar de la alegría al enojo en cuestión de minutos. No se deben tomar sus reacciones intensas de forma personal. Asimismo, se deben poner límites con firmeza, pero con afecto, siempre desde el cariño, no desde la crítica. El miedo al rechazo es central en el TLP, así que si necesitas alejarte, es importante explicarlo con claridad, dejando la puerta abierta al contacto futuro.
Por supuesto, estas son recomendaciones a nivel general, en un caso similar al de Rebeca nadie debe exponer su integridad física y mental al maltrato o el acoso. En situaciones así, el apoyo de los familiares del afectado y la oportuna asesoría profesional son cruciales para prevenir males mayores y regular dichos trastornos hasta lograr que el paciente tenga una vida tranquila y operativa.