Ruby Álvarez Díaz @shirleytachira, una venezolana que decidió emigrar a Irlanda, inició una cruzada por la salud ocular de su esposo Andryu Ávila Hernández, quien sufre distrofia de conos y bastones, una enfermedad que afecta a la retina.
En #Soyvenezolano @nandasalas nos cuenta que a través de las redes sociales @eyes4andryu, Ruby no ha perdido oportunidad de hacer un llamado de emergencia a los corazones caritativos que estén en la posibilidad de ayudar económicamente, o en un acto de buena fe, con la republicación de su contenido; en el que explica detalladamente lo que padece su compañero de vida.
Andryu, quien también es venezolano, fue declarado “ciego legal”, ya que, no está en condiciones de salir solo a la calle. Su visión está completamente comprometida, para poder movilizarse debe disponer de la ayuda de una segunda persona que le describa el camino y los objetos que se puede encontrar a su paso.
“Mi marido no puede salir solo a la calle, no ve bordillos ni distingue a las personas. El pasa el 99% del tiempo en casa, si no hay nadie que lo acompañe a hacer sus cosas porque hay que describirle todo lo que está en su camino”, cuenta Ruby en uno de los videos que ha posteado en sus redes sociales.
Sin embargo, la esperanza no está del todo perdida. El pasado 21 de abril, el doctor Víctor González, verificó la anatomía de sus ojos y les explicó que es posible recuperar la visión; no obstante, para que eso suceda debe someterse a un tratamiento innovador, pero sumamente costoso.
La vacuna
La fe y las esperanzas de una posible cura para Andryu están puestas en una vacuna que verá la luz el próximo mes de octubre, se trata de un tratamiento de octo genética, desarrollado por el laboratorio Nanoscope de Dallas.
Detalló Ruby que en medio de esta cruzada por alcanzar la cura de su esposo ha visitado varios países, pero ya no cuenta con los recursos necesarios para continuar; sin contar el costo de la vacuna que es bastante elevado para el bolsillo de un ciudadano común.
Se conoce que la vacuna que saldrá próximamente, aprobada por la FDA, tendrá un valor estimado entre los 200.000 y 300.000 dólares por dosis, él requiere de dos dosis por cada ojo “ya que tiene que recuperar el centro del ojo”.
Añadió que Andryu “Tiene que usar filtros incluso para estar dentro de la casa porque, aunque no ve, la luz le afecta. Por eso, le pido a todas las personas que me siguen en las redes sociales que nos ayuden, a los cuatro meses de ser aplicadas todas las dosis de la vacuna Andruy podrá ver de nuevo”.
Testimonios de vida
Una enfermedad que le cambió la vida a toda su familia, la primera vez que decidieron emigrar lo hicieron a España, donde estuvieron durante 20 años, pero una vez que le fue diagnosticada la distrofia de conos y bastones a Andryu, tuvo que dejar de ser el proveedor de su hogar.
Por lo que Ruby tuvo que reinventarse y tomó la decisión de volver a Irlanda, un país que conoció en 2016, cuando llevó a su hijo Diego quien para entonces contaba con 13 años de edad a aprender el idioma, y cuando se presentó la coyuntura de la salud de su esposo, recordó que es un país “con más fuentes de empleo”.
Hoy Ruby cuenta con un empleo que le permite mantener a su familia, constituida por tres miembros, pero no le alcanza para pagar las vacunas que necesita su esposo para volver a ver, es por eso, que alza su voz y clama por la ayuda de los corazones bondadosos que puedan colaborarles a transitar este camino hacia la cura de Andryu.
Edición @rebecafloresl