
Cortesía Lisbeth Díaz
«Verle entre los candidatos ya fue una alegría, pero cuando salió elegido empecé a gritar. Desde entonces, la gente de Venezuela no para de pedirme que le mande fotos con él».
Por: BBC
Lisbeth Díaz vive con emoción e incredulidad las últimas horas.
Migró hace siete años a Perú desde Venezuela sin saber que Robert Prevost, el obispo que la apoyó y con quien compartió risas, confesiones y anécdotas, se convertiría en el nuevo papa León XIV.
«Gracias a su impulso, la comunidad migrante de Venezuela, huyendo de la crisis política y económica, pudo tener mejores oportunidades en Perú».
El de Díaz es uno de los varios testimonios que relatan la huella dejada por Prevost en Chiclayo, la ciudad del norte de Perú cuya diócesis encabezó entre 2015 y 2023.
Jaime Lleun, taxista local, enciende la radio. Hablan de los vínculos de este Papa estadounidense y peruano con Chiclayo. Prueba otra emisora. Conversan sobre lo mismo.
«De la noche a la mañana nos pusimos en los ojos del mundo. Esto no se lo esperaba nadie», me comenta orgulloso.
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