
Las operaciones Argo y Guacamaya, aunque separadas por décadas y contextos, comparten notables similitudes en su audacia y estrategia para rescatar personas en situaciones de alto riesgo. La Operación Argo, ejecutada en 1980, permitió la extracción de seis diplomáticos estadounidenses de Irán durante la crisis de los rehenes, utilizando la fachada de una falsa producción cinematográfica. La Operación Guacamaya, realizada recientemente, logró el traslado de cinco opositores asilados en la Embajada de Argentina en Caracas a Estados Unidos, en un esfuerzo liderado por Washington para proteger a disidentes del régimen de Nicolás Maduro.
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En ambas operaciones, una planificación meticulosa fue clave para lograr el éxito. En Argo, la CIA creó una productora ficticia llamada Studio Six Productions y un guion de ciencia ficción titulado “Argo” para justificar la presencia de los diplomáticos en Teherán.
En Guacamaya, según declaraciones de la viceportavoz del Departamento de Estado, Mignon Houston, se emplearon medidas discretas para sacar a Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Omar González de Venezuela, aunque los detalles del operativo permanecen actualmente en confidencialidad debido a su naturaleza “muy delicada”.
La colaboración internacional también marcó ambos rescates. En Argo, Canadá proporcionó pasaportes y apoyo logístico, mientras que en Guacamaya, Brasil y Argentina, proporcionaron presión constante para lograr la libertad de los colaboradores de María Corina Machado.
El objetivo común de ambas misiones fue proteger a personas amenazadas por regímenes autoritarios. Argo evitó que los diplomáticos fueran capturados por los revolucionarios iraníes, mientras que Guacamaya respondió a la persecución del régimen chavista contra sus disidentes.
Ambas operaciones, sin embargo, enfrentaron el desafío de mantener el secreto. En Argo, la CIA mantuvo su rol oculto hasta 1997, cuando se desclasificó la misión. En Guacamaya, la falta de detalles públicos sugiere un enfoque similar para proteger a los involucrados y evitar represalias.