Desplazamiento de las élites políticas y económicas, por Abraham Sequeda

Desplazamiento de las élites políticas y económicas, por Abraham Sequeda

Una vía casi infalible para llevar a la República de Venezuela a la libertad tan anhelada, es reemplazar estas dos estructuras que actualmente la dominan, no es al revés. Todas las situaciones actuales invariablemente repetidas, de acuerdos tácitos entre estos sectores de la vida nacional, resultan por decir lo menos, detestables e inservibles.

La referencia que se presenta como poder central, es la expresión concentrada de los vicios, anormalidades, insensateces, insensibilidad y mediocridad de las dos estructuras mencionadas. La idea de un tiempo cero luego de alcanzar un cénit nacional, podría facilitar la comprensión del salto temporal cualitativo y el inicio de la construcción de un país diferente.





Los grupos políticos y económicos que al parecer representan de la sobrevivencia y hasta la resiliencia, no son más que ilusiones, vías discursivas dirigidas a perturbar cualquier iniciativa que lleve a ciudadanos venezolanos a establecer nuevas perspectivas, no solo para el desarrollo industrial por ejemplo, sino para el comportamiento y la orientación del conjunto ciudadano a integrarse, respetarse y propender a la mejora continua como una función del bienestar global.

Consideradas las actuales élites económicas y políticas en Venezuela, de ninguna manera han atendido con urgencia, sentido republicano y honestidad, las necesidades sentidas, reales y hasta normativas de los pobladores de este territorio. Aquellas necesidades comparativas, incluso se manejan hipócritamente hacia los extremos; es decir, que el ciudadano debe aceptar todo cuanto puede gotear de los volátiles acuerdos entre aquellos sectores o ser desterrado.

Los acuerdos en materia empresarial industrial, son solo hipnóticos utilizados para inducir una calma, para los próximos (y recurrentes) tiempos difíciles. En materia de las élites políticas o más bien élites partidistas, la entrega de cargos de elección popular previamente adjudicados, ha sustituido vulgarmente a las estrategias de conformación de gabinete con ministros de partidos diferentes al del presidente (gabinete de consenso).

Revalorizar a Venezuela, no se refiere exclusivamente a rescatar la ética como nación, es necesario comprender también un proceso de renovación y reconstrucción de los sectores o grupos deteriorados, de los que se ha hecho mención. Una gentrificación política y económica.

@abrahamsequeda