«Expropiar es robar»: la frase que desenmascaró la estafa socialista, Julio Pérez

«Expropiar es robar»: la frase que desenmascaró la estafa socialista, Julio Pérez

La Asamblea Nacional era un lugar hostil. Hugo Chávez, en la cúspide de su poder y popularidad, se mostraba intolerante a cualquier crítica u objeción. Durante su extensa y tediosa «Memoria y Cuenta» (un discurso de aproximadamente ocho horas), ofreció un monólogo aburrido y plagado de falsedades, centrándose en la descripción de un país inexistente y en la apología de un desarrollo y progreso ilusorio. Tras este largo y grotesco discurso, María Corina Machado, entonces diputada, solicitó el derecho de palabra; Chávez accedió a su petición. En ese contexto y escenario, y ante la aparente invencibilidad de Chávez, María Corina pronunció una frase que resonaría en la historia política venezolana: «Expropiar es robar».

Este pronunciamiento no fue un arrebato impulsivo. María Corina, reconocida por su firmeza y temple, buscaba confrontar, en primer lugar, la narrativa ficticia de un país sumido en el atraso y el abandono, producto de lo que ella considera una destrucción socialista; y, en segundo lugar, la política de expropiaciones del gobierno chavista, que había confiscado y expoliado numerosas empresas privadas bajo el pretexto del «interés del pueblo». La frase, contundente y directa, expuso la contradicción entre el discurso oficial y la realidad de las expropiaciones, percibidas como un robo y un ataque a la propiedad privada y una de las causas de la crisis política, económica y social en la que el socialismo del siglo XXI ha sumido a nuestro país. Esta política de expropiaciones, al confiscar y expoliar empresas privadas, generó un profundo deterioro en la economía y el aparato productivo, lejos de beneficiar al ciudadano como se prometía lo sometió a la pobreza y el atraso.





El momento fue trascendental. En un ambiente político polarizado, donde el gobierno controlaba la narrativa, la frase de María Corina se erigió como un símbolo de resistencia y lucha. Ella argumentaba (y así lo hace ahora) que la expropiación ha sido determinante en el declive económico venezolano, desnudando al chavismo y ubicándolo como lo que es: una estafa ideológica, política y económica con similitudes con otros modelos históricos de control estatal de la economía. Cuba como inspiración.

Ante este sombrío panorama, María Corina Machado propone un plan diametralmente opuesto, «Venezuela Tierra de Gracia», que enfatiza la inviolabilidad de la propiedad privada como un pilar fundamental para el desarrollo del ciudadano y la prosperidad económica. Para ella, la expropiación, la confiscación de empresas privadas por el Estado, se equipara a un acto de robo, socavando la confianza y la inversión necesarias para la construcciin del país.

Es importante reconocer que la idea de privatización en Venezuela ha estado históricamente asociada a experiencias negativas, como los casos de corrupción en la década de los 90. Por ello, cualquier proceso de transferencia de activos al sector privado debe realizarse con total transparencia y competencia, buscando empoderar económicamente al ciudadano a través de un mercado libre y eficiente, con un Estado que garantice las reglas del juego sin intervenir innecesariamente en la actividad económica. La libertad económica impulsa la creatividad y la innovación individual.

En esencia, la visión de María Corina Machado para «Venezuela Tierra de Gracia» se centra en la primacía de la libertad individual en todas sus manifestaciones: libertad de empresa, libertad de expresión y la inviolabilidad de la propiedad privada. Su propuesta se basa en un estado limitado pero robusto, ajustado a los principios de su plan, cuya función principal sea la protección de estos derechos fundamentales y la garantía de un marco legal transparente. La evaluación de las políticas económicas debe basarse en resultados tangibles, fomentando la competencia y el libre mercado como motores de prosperidad para una Venezuela donde el mérito individual sea recompensado y la interacción voluntaria entre individuos y empresas genere riqueza y desarrollo para todos.