
La escasez de inmunosupresores como el micofenolato mofetil en las farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) supera los ocho meses, obligando a pacientes trasplantados a reducir sus dosis para alargar los tratamientos.
Por: Crónica Uno
Reymer Villamizar, fundador de la ONG Amigos Trasplantados de Venezuela, denunció que esta situación pone en grave riesgo la salud de cientos de personas que dependen de estos fármacos para evitar el rechazo de órganos.
En un recorrido realizado por Crónica Uno, pacientes como Thiago relataron que deben asumir el costo de los medicamentos en farmacias privadas, donde el precio del micofenolato alcanza los 63 dólares, una cifra inalcanzable para muchos.
Su padre, trasplantado de riñón hace un año, ha tenido que reducir su consumo diario de cuatro a dos pastillas interdiarias, comprometiendo la efectividad del tratamiento. Casos como este se repiten en todo el país, donde el acceso a medicinas vitales se ha convertido en un lujo.
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A pesar de que en marzo de 2025, el Sistema Público Nacional de Salud anunció la entrega de medicamentos, los reportes de desabastecimiento persisten desde finales de 2024.
Pacientes como Magaly Padrón denuncian la falta de micofenolato, prednisona y rapamune. La respuesta constante en las farmacias es “no hay”, lo que ha obligado a muchos a depender de donaciones o a consumir medicinas vencidas.
Esta situación recuerda la crisis de 2017, cuando la escasez de fármacos derivó en protestas y rechazos de trasplantes.
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El problema no solo afecta solo a trasplantados, sino también a personas con cáncer, lupus o enfermedades renales.
Con información de Crónica Uno